Panuts: Descubre la importancia de la temperatura de los vinos

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noviembre 19, 2021 Panuts: Descubre la importancia de la temperatura de los vinos

Para aprovechar un vino al máximo, debemos conocerlo. Uno de los factores a tener en cuenta para el disfrute de estas bebidas es la temperatura óptima de consumo. Si sigues la información de este artículo, notarás la diferencia en tu siguiente copa.

Ten en cuenta que las distintas variaciones requieren de tratamientos distintos, no existe un número mágico que funcione para todos los tipos. La idea de entender las necesidades de cada vino es que se aprecien todas sus características.

 

¿Qué pasa con los vinos cuando están fuera de la temperatura óptima de consumo?

Cuando se consume este tipo de bebidas a una temperatura que no es la adecuada, la experiencia puede cambiar drásticamente. El olfato o gusto del vino será diferente si está más caliente o más frío de lo que debería.

 

  • Un vino servido a más de 20°C es considerado muy caliente
  • Un vino servido entre 2°C y 4°C es considerado muy frío.

 

Si la temperatura está por encima del nivel recomendado, el calor empieza a llevarse los aromas rápidamente, lo cual refuerza la presencia de los azúcares presentes. Un vino más caliente tiene menos acidez y satura el paladar, debido a que la sensación del alcohol se intensifica.

En el caso contrario, cuando la bebida se encuentra debajo del punto óptimo de consumo, los sabores y aromas se adormecen. La sensación del alcohol y el dulzor disminuyen, pero la acidez aumenta. Esto puede generar que el vino se sienta apagado o sin personalidad.

 

¿Cuál es la temperatura ideal para cada vino?

Como ya se mencionó, cada variación requiere de temperaturas distintas para el consumo ideal.

Entre los tipos de vino que es mejor tomar fríos se encuentran el espumoso, el vino blanco dulce y el tinto joven. El espumoso requiere la temperatura más baja, 7°C. El blanco dulce se toma a 8°C y el tinto joven a 9°C.

En el rango que va desde los 10°C hasta los 12°C, se ubican 4 variedades. El blanco joven seco y el rosé deben consumirse a 10°C, mientras que el generoso y el blanco fermentado en barrica a 11°C y 12°C, respectivamente.

Los tintos como crianza, reserva y gran reserva son los que se consumen a mayor temperatura. 15°C es lo ideal para los crianza, y 17°C para los reserva y gran reserva.

Para mantener las botellas cerca del punto óptimo de consumo, lo ideal es almacenarlas en una cava refrigerada, la cual cuenta con un regulador de temperatura incorporado.

Una vez que la botella se descorcha, se recomienda servir poca cantidad en las copas (un tercio o dos tercios como máximo) porque el vino que está fuera de la botella cambia de temperatura más rápido que el que queda dentro.

 

Conclusiones Panuts

En conclusión, la temperatura en la que se sirve el vino puede cambiar totalmente la experiencia de consumo. Ahora que conoces los niveles óptimos para cada tipo de vino, prueba nuevamente tus favoritos para notar la diferencia. Si quieres tener control sobre la temperatura a la que almacenas tus bebidas, te puede interesar comprar una de nuestras cavas en el siguiente link